«GUISO DE IGUANA» en Rodaje
Valeria Bertuccelli y Martín Piroyansky son los protagonistas de la opera prima de Martín Salinas, guionista del unitario “Tiempo final”, en tono de comedia negra. Bien negra.
La escena es en un baño muy chiquito. La cámara se asoma sobre un trípode y el trípode hace equilibrio sobre los bordes de la bañadera. En la habitación de al lado un grupo de veinte personas mira en un monitor qué capta esa cámara. En primer plano está Valeria Bertuccelli con los brazos en alto. Al fondo, fuera de foco, la puerta de entrada del baño. Observando la escena está el director Martín Salinas. A su lado, el director de fotografía Marcelo Iaccarino lo aconseja. Gritan “acción”.
La puerta del baño se abre y entra Martín Piroyansky en bermudas, descalzo y con una escopeta. Después de un diálogo ágil y breve, en el que se mencionan bolsas de dinero, cadáveres y secuestros, gritan “corten”. Salinas e Iaccarino debaten sobre el foco: ¿debe estar sobre Bertuccelli o, más atrás, sobre Piroyansky? Deciden repetir la toma, después de unas órdenes precisas a la foquista.
La película que se está filmando es Guiso de iguana , comedia negra, opera prima del guionista Martín Salinas ( Tiempo final , Nicotina ). El lugar es la quinta Ramos Mejía, célebre mansión derruida ubicada en el Mercado Central, escenario de varias películas, entre ellas, Camila , y que hace las veces de hostería en la selva del Iguazú. Varias bolsas de ladrillo molido servirán para emular la tierra roja misionera. De haberse filmado verdaderamente en Misiones, habría resultado costosísimo.
La historia transcurre en una noche, en lo que dura la cocción de un guiso de iguana. A la hostería llegan Karla (Bertuccelli) y su novio Ricky (Juan Minujín) con cien mil dólares y un muerto en el baúl.
El encargado es Charly (Piroyansky), que además recibirá a dos huéspedes brasileños (Flávio y Gloria, interpretados por Germán de Silva y Patrizia Camponovo) sin saber que son sus padres. El elenco se completa con Luis Ziembrowski, Emme y Vanesa Weinberg.
La nueva toma de la escena del baño fue exitosa y compleja, con más de un cambio de foco en los pocos segundos que duró. Todos se relajan: es hora de comer. Y aprovechando el parate, Bertuccelli se sienta en una silla del jardín y habla maravillas del guión. “Hacía tiempo que no leía uno así, de corrido y con tal felicidad que terminé y dije ‘quiero hacerlo’ -revela-. Me habían avisado que era una pel i chiquita, que había poco dinero, pero dije que había que hacerla porque no hay muchos guiones así.” ¿Cómo es Karla? “Es una loca total, una desquiciada. Una chica de Lanús Oeste, secuestradora de medio pelo junto con su novio, que decide vengarse de un tío que traicionó a la familia y secuestrarlo. Para eso lo van a buscar a la Triple Frontera. Todos los hombres la cagan y, en cuanto la cagó uno, ya está poniendo la mirada en otro.” Bertuccelli ya había trabajado con Piroyansky en XXY , de Lucía Puenzo, aunque compartían pocas escenas. Acá son los protagonistas.
Da la sensación de que tienen un sentido del humor parecido…
Sí. Me entusiasmó que estuviera, porque al ser una comedia, me gustaba que tuviéramos buen timing con el actor. Incluso tenemos una manera parecida no sólo de actuar, sino de abordar las situaciones.
No de construir antes, pero sí de mucha verdad en el momento.
Una anécdota que recorre el set pinta a la perfección esa forma de trabajar. Ella la recuerda, entre carcajadas: era una escena de pelea con Emme: “Era una pelea muy cachengue, muy callejera de mujeres, todo muy de agarrarse de los pelos. Y veíamos que faltaba un remate, que llegábamos a un punto y que faltaba algo. Entonces Ziembrowski me dice “estaría bien que la escupas”. Lo comentamos entre todos, yo decía me da cosa escupirte , ella me decía no, escupime . Entonces, llegamos ahí y le pegué la escupida. Quedó muy bien. En cine uno ensaya mucho, pero mucho es lo que ocurre ahí en el momento. Todo es accidentado.
¡Se va el sol! ¡Se va el sol! Cuando sentís que algo tiene que ser, por ahí no tenes mucho tiempo de probarlo. Es para mandarlo de una.”