La nueva serie, que se estrena el lunes, juega con la dependencia con las acciones de desconocidos. Un chico autista y la relación con su padre, el eje de la trama.

Historias que se cruzan, destinos que parecen estar marcados de antemano, hechos encadenados y en el medio la relación entre un chico autista, con una habilidad especial para las matemáticas, y su padre. En pocas líneas ese puede ser un escueto resumen de la línea argumental de “Touch”, la nueva serie que se estrena este lunes en Fox.

Con Kiefer Sutherland como protagonista (en el rol de Martin Bohm) y dirigida por Tim Kring (“Héroes”), la serie está compuesta por 13 capítulos. En el primero de ellos, diferentes personas alrededor del mundo están conectados por una combinación: 18/3.

Quien se percata de esto es Jake (David Mahouz), el niño autista de 11 años que según Arthut Teller (Danny Glover) tiene la capacidad de rastrear numéricamente la composición del universo. Una habilidad distintiva.

Pero no todo es tan sencillo. Es que los problemas de comunicación, al menos en un comienzo y tomándolo de una manera convencional, generan que el Estado pose sus ojos sobre la relación entre Jake y Bohm. Los servicios sociales aparecen y entra en escena Clea Hopkins (Gugu Mbatha-Raw), quien pese a descreer en un comienzo, luego termina por advertir las habilidades de Jake.

Una familia en Irak con problemas económicos, una prostituta en Japón, empresarios irlandeses y un bombero en Estados Unidos, todos parecen unidos por un engranaje invisible, que solo pocos parecen advertir.

Esta serie vuelve a tener a Sutherland en un papel protagónico en una serie luego de su papel en la aclamada “24”. Por lo pronto, diferentes medios en Estados Unidos (como People, USA Today, entre otros) le han dado el visto bueno a “Touch”.