«Giselle» – IÑAKI URLEZAGA

 

Un clásico del repertorio Mundial: «Ballet completo en II Actos y la Orquesta Académica de Buenos Aires. Los días 4-5 y 6 de Mayo.

GISELLE – EL ARGUMENTO

Acto I

Un valle de Turingia

Giselle, una joven campesina, está enamorada de Loys, aldeano que vive en una cabaña frente a la suya. Pero Giselle desconoce que Loys es en realidad Albrecht, duque de la Silesia.

Hilarión el guardacotos, está enamorado, a su vez, de Giselle. En un encuentro entre la joven y Albrecht, Hilarión se interpone y le declara su amor. Giselle lo rechaza y el duque lo expulsa enfurecido.

Los campesinos regresan de la vendimia; Giselle y Albrecht se unen en la danza general. Berthe, madre de Giselle, se presenta y la reprende, recordándole su frágil salud y advirtiéndole que, si llegara a morir antes de casarse, se convertiría en una Wili, el espíritu sin reposo de una doncella cuyo amor no ha sido correspondido.

Los campesinos se dispersan y Giselle entra en su cabaña. Ecos de fanfarrias anuncian que se acerca una cacería real. Wilfred corre junto al duque para señalarle el peligro de ser descubierto y ambos huyen del lugar. Furtivamente, Hilarión irrumpe en la cabaña de Albrecht y encuentra la espada que confirma que Loys es en realidad un hombre de la nobleza.

Ingresa un brillante cortejo, presidido por el duque de Curlandia y por su hija Bathidle, prometida de Albrecht. Berthe acude a recibir a los señores; Giselle les ofrece el vino preparado en la vendimia y queda deslumbrada por el lujoso atuendo de Bathidle.

Las jóvenes entablan un diálogo en el que Giselle relata su amor por el campesino Loys, a quien busca infructuosamente con la mirada. Bathidle, conmovida, regala a Giselle un hermoso collar. Los cazadores se dispersan.

Los aldeanos regresan y nombran a Giselle reina de la vendimia. Hilarión irrumpe con la espada de Albrecht y revela a Giselle la verdadera identidad del duque. Al llamado del cuerno de caza, la corte se reagrupa.

Bathidle y su padre reconocen a Albrecht y lo interrogan a propósito de su ropa de campesino. El duque no hace caso a sus preguntas y dice que el disfraz es sólo una travesura. Giselle descubre entonces la verdadera identidad de Albrecht y su compromiso con Bathidle. Enloquecida por el dolor, la joven muere. Los reproches de Hilarión, el rechazo de los aldeanos y la desesperación de Berthe acentúan la culpa del duque, que sólo encuentra repudio y un silencio de reprobación a su alrededor.

ACTO II

Un claro en el bosque

Hilarión, abrumado por el dolor, acude a la tumba de Giselle, pero presiente la llegada de las wili, invita a sus seguidoras, fantasmas de las doncellas muertas, a la ceremonia en la que Giselle se iniciará como una más de ellas.

Albrecht, dominado por la culpa, se acerca para depositar un ramo de lirios en el sepulcro. El espectro de Giselle se presenta ante el duque y bailan juntos un doloroso dúo de amor.

Las wili, que han atrapado a Hilarión, regresan y lo obligan a danzar hasta morir, destino que aguarda a todo hombre incauto que caiga en su poder. Albrecht también es atrapado por las wili, pero Giselle retorna para protegerlo y suplicar el perdón de Myrtha.

La reina, inconmovible, exige la muerte del duque. Albrecht cae dominado por una fatiga mortal. La campana anuncia la llegada del alba y las wili detienen su impulso. Giselle y el duque se juran amor, pero la joven debe seguir a sus compañeras, quienes, lentamente, desaparecen entre el follaje. El espectro de Giselle se despide de Albrecht y regresa a su tumba, no sin antes sellar el mutuo amor con un juramento eterno.

Teatro Coliseo de Buenos Aires – Marcelo T de Alvear 1125 Funciones 4-5 y 6 de mayo