«BOSS» por TNT
Pre-estreno el domingo, 08 de abril a las 22:00 hs. y el estreno el jueves, 12 de abril a las 22:00 hs. Un drama político.
Esta serie es un drama político donde el protagonista de Frasier, Kelsey Grammer muestra una faceta actoral muy diferente.
Boss destaca por valerse de las nuevas estrategias con las que se producen los seriales televisivos. La señal Starz encargó una primera temporada de ocho episodios (se están volviendo comunes los ciclos cortos, pero intensos, con grandes estrellas al frente) con sólo leer el guión, sin pedir primero el tradicional capítulo piloto. La arriesgada apuesta respondió a eso que mencioné como “nuevas estrategias”: el primer episodio es dirigido por un reconocido cineasta, Gus Van Sant (Good Will Hunting, Milk).
Esta estrategia de experimentados actores o cineastas produciendo y estelarizando series de televisión se está volviendo una fuerte táctica, una que agradeceremos los espectadores puesto que los productos adquieren una calidad impresionante. Lo vimos hace un par de años con Boardwalk Empire, cuyo capítulo piloto fue dirigido por Martin Scorsese; y ahora con Homeland, que está protagonizada por Claire Danes.
En Boss (que ya pactó una segunda entrega), Grammer encarna a Tom Kane, el alcalde de Chicago. Un político de sangre fría y carácter voluble al que se le diagnostica una enfermedad degenerativa que le afecta el sistema neurológico y que en poco tiempo lo llevará a la completa discapacidad. Pero Kane, con todo y la dolorosa noticia, decide continuar como regidor de la ciudad de los vientos y ocultar su padecimiento a todo el gabinete, e incluso a su familia.
Claro, con una esposa por contrato, una hija que le ha perdido el respeto y unos empleados que le temen, la gente a su alrededor tardará en darse cuenta que algo anda mal con el jefe —aunque ya comienza a presentar temblores por debajo de los escritorios—. La única que conoce el delicado estado de salud del alcalde es la doctora Ella Harris (Karen Aldridge), quien no sabe en lo que se metió al convertirse en médico particular del poderoso político.